luns, 6 de maio de 2019

El jardín de San Carlos

En el corazón de la Ciudad Vieja coruñesa, ese laberinto de calles empedradas que pisaron antaño Pardo Bazán y Rosalía, el jardín de San Carlos custodia con devoción el sepulcro de sir John Moore. Es un lugar mágico: los mirlos cantan en las ramas de sus mirtos seculares, las hojas marchitas alfombran sus íntimos senderos y, a lo lejos, se ven las blancas galerías de la Ciudad de Cristal, incendiadas por el fuego del crepúsculo.


El busto de caballero británico sir John Moore en el jardín de San Carlos.

John Moore nació en 1761 en la ciudad escocesa de Glasgow. Muy joven, a los quince años, comenzó su carrera militar en el Ejército Británico. Luchó en la Guerra de Independencia de los Estados Unidos y en la Rebelión Irlandesa de 1798. Durante la Guerra contra Napoleón, Moore fue nombrado comandante de las fuerzas británicas en la Península Ibérica. En 1809, en el contexto de la Guerra de Independencia Española, se produjo la conocida como Batalla de Coruña o Batalla de Elviña. Los soldados franceses, mejor aprovisionados y superiores en número, persiguieron a los británicos, que trataban de regresar al Reino Unido por vía marítima. Sir John Moore se enfrentó a las tropas napoleónicas, ganando así tiempo para que sus compatriotas pudiesen ser evacuados. Los británicos combatieron heroicamente a las tropas del mariscal francés Soult. Sin embargo, en uno de los lances de la batalla, sir John Moore fue herido de muerte por una bala de cañón. Gracias a su sacrificio sus camaradas pudieron regresar sanos y salvos a casa. Debido a su honorable comportamiento, el mariscal Soult, después de tomar la ciudad, ordenó sepultarlo con honores militares.


Fragmento del poema de Charles Wolfe "The Burial of sir John Moore after Corunna".

Desde aquel 16 de enero de 1809, las restos del caballero británico descansan en la paz del jardín de San Carlos. Dentro de su sepulcro de mármol, el héroe sueña con las praderas y los lagos de su Alba natal, donde se caen las lágrimas húmedas de las estrellas y se refleja la sonrisa plateada de la luna. Según la leyenda, se cree que cada 16 de enero, el fantasma de la amante de Moore, Lady Hester Stanhope, conocida como la "Reina Blanca de Palmira", regresa de los desiertos y las ruinas del Oriente para pasar la noche con él. Juntos, debajo del pálido fulgor de la luna, rememoran los besos y las caricias que se daban en sus ya lejanas primaveras de las Islas Británicas.


Fragmento del poema de Rosalía "Na tomba do xeneral sir John Moore".

Os animamos a que visitéis el jardín de San Carlos. Atravesad las puertas oxidadas que guardan los secretos del jardín, recorred sus románticos senderos, respirad sus aires perfumados de leyenda, leed los poemas de Rosalía y Charles Wolfe gravados en los muros en honor del dux británico. Eso sí, cuidad de no turbar el eterno sueño de sir John Moore, el héroe cuyas cenizas reposan en la paz del jardín de San Carlos por los siglos de los siglos.


El sepulcro de sir John Moore, cuyas restos reposan en el jardín de San Carlos. 

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