Tras la noche de San Juan, inauguramos el verano. Encendimos ya las tradicionales hogueras, saltamos ya sobre las cenizas del año pasado, ahuyentamos ya los "meigallos" sobre las arenas de la playa de Riazor. Por eso, queríamos recomendaros un libro para las vacaciones estivales, un libro de Valle-Inclán: Jardín Umbrío.
Integran este volumen dieciocho relatos de bandidos, brujas, almas en pena, duendes, trasgos, aparecidos, fantasmas... Todos con Galicia, la tierra natal del escritor, como telón de fondo. Las historias suceden en decadentes pazos perdidos entre la niebla, capillas húmedas y resonantes o viejas casas señoriales de la ciudad de Santiago de Compostela. Son cuentos que Valle-Inclán toma de Micaela "La Galana", una criada que trabajaba para su familia. El niño Valle-Inclán, en las largas noches invernales de su niñez en la comarca del Salnés, escuchaba los relatos de esta vieja doncella, mientras bailaba la luna sobre los campos dormidos y danzaban las llamas en la chimenea. Son, por lo tanto, narraciones tomadas de la tradición oral de Galicia, historias que llevan siendo contadas durante milenios en los hogares gallegos al amor de la lumbre.
En resumen, queríamos recomendaros este libro para los días de verano. Sus relatos son muy fáciles de leer y muchos os dejarán un escalofrío en lo más profundo del alma. Uno de los mejores, para mí, es "El miedo", una de los obras maestras de la literatura gótica de terror en español. Tenía que ser Valle-Inclán, un gallego como no, quién llevase a sus cotas más altas en España la tradición de los cuentos de miedo. Así que dadle una oportunidad a "Jardín Umbrío". Leed sus páginas maravillosas y dejaos llevar por la prosa del "gran don Ramón de las barbas de chivo". Entrad en su mundo de fantasmas y leyendas mientras veis pasar las nubes en el cielo del verano, como blancas carabelas que navegasen hacia puertos ignotos sobre las olas del mar. Leed "Jardín Umbrío". Os aseguramos que no os arrepentiréis.
Portada de "Jardín Umbrío" de Ramón del Valle-Inclán.
Integran este volumen dieciocho relatos de bandidos, brujas, almas en pena, duendes, trasgos, aparecidos, fantasmas... Todos con Galicia, la tierra natal del escritor, como telón de fondo. Las historias suceden en decadentes pazos perdidos entre la niebla, capillas húmedas y resonantes o viejas casas señoriales de la ciudad de Santiago de Compostela. Son cuentos que Valle-Inclán toma de Micaela "La Galana", una criada que trabajaba para su familia. El niño Valle-Inclán, en las largas noches invernales de su niñez en la comarca del Salnés, escuchaba los relatos de esta vieja doncella, mientras bailaba la luna sobre los campos dormidos y danzaban las llamas en la chimenea. Son, por lo tanto, narraciones tomadas de la tradición oral de Galicia, historias que llevan siendo contadas durante milenios en los hogares gallegos al amor de la lumbre.
Caricatura de Valle-Inclán realizada por el autor.
En resumen, queríamos recomendaros este libro para los días de verano. Sus relatos son muy fáciles de leer y muchos os dejarán un escalofrío en lo más profundo del alma. Uno de los mejores, para mí, es "El miedo", una de los obras maestras de la literatura gótica de terror en español. Tenía que ser Valle-Inclán, un gallego como no, quién llevase a sus cotas más altas en España la tradición de los cuentos de miedo. Así que dadle una oportunidad a "Jardín Umbrío". Leed sus páginas maravillosas y dejaos llevar por la prosa del "gran don Ramón de las barbas de chivo". Entrad en su mundo de fantasmas y leyendas mientras veis pasar las nubes en el cielo del verano, como blancas carabelas que navegasen hacia puertos ignotos sobre las olas del mar. Leed "Jardín Umbrío". Os aseguramos que no os arrepentiréis.
Busto de Valle-Inclán en los jardines de Méndez Núñez.
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